Cobarde anunciaba hace unos días que han terminado la grabación de su nuevo trabajo. Esta vez se han ido hasta El Refugio Antiaéreo, el estudio que tienen Los Planetas en Granada, y han contado con la colaboración de Pájaro Jack.
Hace poco más de un mes, se publicó en La cultura no val res, un artículo que escribí recomendando su música. Hoy podéis leerlo aquí traducido al castellano:
No hace falta salir de Barcelona para encontrar una banda como Cobarde, que se forma hace unos años en un bar mítico de la ciudad condal (Bar Cassette) y debutan en 2012 con su EP Flora y Fauna (2012). Rafa Romero (voz y guitarra), Narcís Pujol (guitarra solista), Lluís Bosch (bajo) e Isaac Sanjuan (batería) se presentan cantando en español con cuatro canciones que dejan entrever su versatilidad compositiva y la confluencia de referencias bastante variadas. Destacar, de su corta carta de presentación, el tema La revuelta, donde Rafa Romero no esconde sus raíces sevillanas y puede llegar a recordarnos un poco a Grupo de Expertos Solynieve.
Dos años más tarde, publican Amor Patada (2014), su primer larga duración, con el apoyo discográfico del sello barcelonés Siete Señoritas Gritando. grabado y mezclado en el Estudio Caballo Grande por Cristian Pallejà y Ferran Resines. Gracias a su sonido más elaborado, contundente y maduro, consiguen ser finalistas en el Concurso Grupo Revelación Nacional del festival Contempopranea de aquel año.
La portada del álbum encaja perfectamente con la dualidad del título, que desconcierta y no deja de ser impactante por la simple unión de dos elementos que, al juntarlos, se convierten en surrealistas, formando una imagen cargada de significado. Eso, precisamente, es la esencia que comparten las diez canciones que lo integran, con una serie de elementos en común que dan carácter al estilo del grupo. Por un lado, letras directas con cierta ironía, como la de Esos amigos, el track que encabeza el disco y que envía un mensaje claro en su estribillo "No vales un duro, qué injusticia, unos tontos y otros tan poco". Lo mismo sucede en La Isla, donde dan voz a su pop de perfil más cantautoril y recuerdan bastante a Sr. Chinarro, con el que Cobarde, por cierto, han sacado su nuevo EP Avanti con la Guaracha (2015). Con ello, se han convertido en el primer grupo que Antonio Luque edita con su propio sello VEEMMM, que hasta ahora sólo había usado para publicar sus trabajos.
Por otro lado, en el tema que da nombre al disco, Amor patada, encontramos toques de psicodelia y riffs de guitarra que también se dejan ver en Sin éxito. Pero lo que más predomina en el álbum es el pop fresco de Espejo de barbero, que a la vez te transporta al pop puro sin complejos de Tachenko. Claro ejemplo son las melodías perfectas y estribillos que no puedes dejar de cantar, como las de La Fórmula o Vida de oferta ("¿Qué más da? Ya no nos queda más de qué hablar"). En Retirada hacen un primer acercamiento al pop más tranquilo de Los Planetas, donde la melodía no es lo más importante hasta que llega el vital estribillo, que podría formar parte, perfectamente de alguno de los primeros hits de La Habitación Roja. Lo mismo sucede con la temática de Cuarto piso, una canción de amor donde el protagonista, aún sabiendo que no es buena idea dejarse llevar, declara abiertamente su debilidad ("Y te vuelvo a ver tan bonita y vuelvo a caer de rodillas").
Cierran el disco con Carne sin apellidos, con un sonido un poco más underground y de la misma manera que lo han empezado, con una letra que describe al detalle una historia que ha dejado huella y que seguramente por eso se ha convertido en canción.
En definitiva, un disco que gustará a los amantes del indiepop nacional de los 90 y también a los seguidores de bandas más jóvenes que han bebido de esa época y que, como Cobarde, tienen una propuesta actual y no por eso menos auténtica que las originales.
(Publicación original en catalán en La cultura no val res.)
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