viernes, 31 de julio de 2015

'Darling Arithmetic' de Villagers, un disco que no debería pasar desapercibido


Sigo poniendo el blog al día con recomendaciones que hice en la radio en los últimos meses. Hoy le toca a Villagers, el proyecto que lidera el dublinés Conor O'Brien. Formó el grupo después de disolver su banda The Immediate y bajo este nombre, Villagers, acaba de sacar su tercer álbum de estudio: Darling Arithmetic (2015), en el que todo lo ha hecho él (componer, grabar voces y todos los instrumentos, producir y mezclar). 

Me ha costado mucho elegir una canción, y eso que sólo tiene nueve, pero es que me parece un disco de esos tipo “bloque”, en los que no parece haber single pero en los que te enamoras de todas las canciones por lo delicadas y los detalles que tienen cada una de ellas. Al final he escogido Dawning on me, por varias razones. Por un lado, por la simple anécdota de que la primera vez que leí su título, me pareció leer Drawing on me. Y por otro, porque es la más corta y porque me encantan esos arpegios de guitarra, los arreglos de piano y también el tono poético y romántico de la letra.

Os dejo con una preciosa versión acústica con guitarra y arpa y con la letra: 


Villagers - Dawning on me

I've been awake for so long now
just can't get to sleep
You've been tugging at my eyelids
You've been dawning on me
and there's a light coming through the window
but all I can see
is the light of your love
You've been dawning on me
dawning on me

I've been awake for so long now
just can't get to sleep
You've been calling on the sunlight
You've been dawning on me
from your lips
to your belly
to your knees and your feet
and the spirit that moves them
You've been dawning on me
You've been dawning me

I've been awake for so long now
just can't get to sleep
you've been delivering the daydream
you've been dawning on me
There's a light coming through the window
but all I can see is the light of your love
You've been dawning on me

Podéis escuchar esta canción en formato radiofónico a partir del 1:24.40.

miércoles, 29 de julio de 2015

El eclecticismo de Calexico


Hoy os traigo una banda que creo que no necesita presentación. Son los eclécticos Calexico, que tanto te recuerdan a Wilco como te tocan una cumbia y se pasan al mestizaje. Me ha hecho gracia la etiqueta que he leído en la wikipedia sobre su música. Alguien escribió que hacen spaghetti western moderno con aires fronterizos (y se quedó tan ancho). Creo que es uno de los grupos más peculiares que conozco. 

Han publicado este año Edge of the sun (2015) y una de las canciones que más me gusta de él es la que escogí para mi sección en la radio Falling from the sky, el primer track del disco. Los coros los hace el cantante de Band of Horses. Y atentos al videoclip, que no os dejará indiferentes y que por cierto protagoniza Jose González y un extraño ser. 


Y para acabar, una última cosa. Mi obsesión con los parecidos razonables, me hace escuchar, al inicio, Sister Golden Hair de la banda mítica de los 70 America.

Si los queréis ver en directo, tienen dos fechas en España: 14 y 15 de agosto en Sonorama y L’Escala (Girona).  

Para escuchar esta recomendación en formato radiofónico, dadle al play a partir del 1:20:07.

jueves, 16 de julio de 2015

The Tallest Man on Earth - Dark Bird is Home (2015)


Kristian Matsson, más conocido por su nombre artístico, The Tallest Man On Earth, vuelve con Dark Bird is Home (2015), el cuarto disco con su sello habitual: Dead Oceans. Igual que los anteriores, contiene diez canciones que respiran auténtico folk de raíces "dylanianas". Esta vez, en cambio, han sido grabadas en diferentes estudios de Suecia y Wisconsin. El resultado es un trabajo bastante más compacto y con una calidad sonora más sofisticada que la mostrada por el sueco hasta ahora.  

Las nuevas canciones tratan, principalmente, de la experiencia personal que el músico ha vivido en su propia piel y que otros artistas que le han influido (Paul Simon, Fleetwood Mac) también han reflejado en alguno de sus discos: el divorcio. De ahí que en el LP encontremos letras que desprenden mucho dolor y tristeza, como las de Darkness Of The Dream, Sagres o la que da nombre y a la vez cierra el disco. Precisamente, el pasaje instrumental con el que acaba esta maravilla de canción es de una intensidad tan imponente, que el oyente no necesita pararse a escuchar con atención la letra para conectar con la emoción con la que The Tallest Man on Earth canta aquello de: “I thought that this would last for a million years but now I need to go. Oh, fuck”.


Quizás para compensar la pérdida, en esta ocasión, el artista escandinavo ha decidido cuidar más la producción. Nos lo hace saber desde el principio, con el tema que abre el tracklist (Fields of our home), donde ya se nota un cambio en el tratamiento de la voz del cantante, más cálida y menos ruda que en discos anteriores. Hay dos elementos más que resultan muy acertados en esta recién estrenada sonoridad: la introducción de segundas voces masculinas que parecen femeninas, y el aumento de arreglos instrumentales, mucho más abundantes que en There's no leaving now (2012)The Wild Hunt (2010) y Shallow Grave (2008). A pesar de que la guitarra continua siendo el eje vehicular, hay espacio para vientos en Slow Dance o en Timothy, donde el propio Matsson toca el clarinete. Como había hecho en There is no leaving now o Kids on the run, también hay lugar para canciones donde el piano toma protagonismo casi en solitario (Little Nowhere Towns). Incluso se atreve a jugar con los sintetizadores en Darkness of the dream, que ayudan a sostenenr la intencionalidad de su mensaje cuando dice “I'm sure I'll sleep when all this goes under. But now, will I sleep alone?”. Seguramente, esta pregunta retórica tenga como respuesta este disco que nos ha regalado a todos los que disfrutamos de su música.

Puede que la parte positiva de esta experiencia dolorosa llena de frustración y resignación sea que el hombre más alto del mundo está dispuesto a hacernos compañía una vez más. Es una suerte escucharle cantar “This is not the end, this is fine”, y ver cómo se ha reencontrado en medio de tanta confusión. Parece que ha llegado el momento de abandonar la etiqueta de "producción casera" a la que nos tenía acostumbrados y de compartir un sonido más extenso en todos los sentidos, más propio de una banda que de un cantautor.  

De momento, a la espera de que confirme fecha en nuestro país, podéis escuchar Dark Bird Is Home (2015) y el resto de su discografía en Spotify

(Publicación original en catalán en La cultura no val res.)


miércoles, 1 de julio de 2015

Cobarde


Cobarde anunciaba hace unos días que han terminado la grabación de su nuevo trabajo. Esta vez se han ido hasta El Refugio Antiaéreo, el estudio que tienen Los Planetas en Granada, y han contado con la colaboración de Pájaro Jack

Hace poco más de un mes, se publicó en La cultura no val res, un artículo que escribí recomendando su música. Hoy podéis leerlo aquí traducido al castellano:

No hace falta salir de Barcelona para encontrar una banda como Cobarde, que se forma hace unos años en un bar mítico de la ciudad condal (Bar Cassette) y debutan en 2012 con su EP Flora y Fauna (2012). Rafa Romero (voz y guitarra), Narcís Pujol (guitarra solista), Lluís Bosch (bajo) e Isaac Sanjuan (batería) se presentan cantando en español con cuatro canciones que dejan entrever su versatilidad compositiva y la confluencia de referencias bastante variadas. Destacar, de su corta carta de presentación, el tema La revuelta, donde Rafa Romero no esconde sus raíces sevillanas y puede llegar a recordarnos un poco a Grupo de Expertos Solynieve
 
Dos años más tarde, publican Amor Patada (2014), su primer larga duración, con el apoyo discográfico del sello barcelonés Siete Señoritas Gritando. grabado y mezclado en el Estudio Caballo Grande por Cristian Pallejà y Ferran Resines. Gracias a su sonido más elaborado, contundente y maduro, consiguen ser finalistas en el Concurso Grupo Revelación Nacional del festival Contempopranea de aquel año. 


La portada del álbum encaja perfectamente con la dualidad del título, que desconcierta y no deja de ser impactante por la simple unión de dos elementos que, al juntarlos, se convierten en surrealistas, formando una imagen cargada de significado. Eso, precisamente, es la esencia que comparten las diez canciones que lo integran, con una serie de elementos en común que dan carácter al estilo del grupo. Por un lado, letras directas con cierta ironía, como la de Esos amigos, el track que encabeza el disco y que envía un mensaje claro en su estribillo "No vales un duro, qué injusticia, unos tontos y otros tan poco". Lo mismo sucede en La Isla, donde dan voz a su pop de perfil más cantautoril y recuerdan bastante a Sr. Chinarro, con el que Cobarde, por cierto, han sacado su nuevo EP Avanti con la Guaracha (2015). Con ello, se han convertido en el primer grupo que Antonio Luque edita con su propio sello VEEMMM, que hasta ahora sólo había usado para publicar sus trabajos. 

Por otro lado, en el tema que da nombre al disco, Amor patada, encontramos toques de psicodelia y riffs de guitarra que también se dejan ver en Sin éxito. Pero lo que más predomina en el álbum es el pop fresco de Espejo de barbero, que a la vez te transporta al pop puro sin complejos de Tachenko. Claro ejemplo son las melodías perfectas y estribillos que no puedes dejar de cantar, como las de La Fórmula o Vida de oferta ("¿Qué más da? Ya no nos queda más de qué hablar"). En Retirada hacen un primer acercamiento al pop más tranquilo de Los Planetas, donde la melodía no es lo más importante hasta que llega el vital estribillo, que podría formar parte, perfectamente de alguno de los primeros hits de La Habitación Roja. Lo mismo sucede con la temática de Cuarto piso, una canción de amor donde el protagonista, aún sabiendo que no es buena idea dejarse llevar, declara abiertamente su debilidad ("Y te vuelvo a ver tan bonita y vuelvo a caer de rodillas")
Cierran el disco con Carne sin apellidos, con un sonido un poco más underground y de la misma manera que lo han empezado, con una letra que describe al detalle una historia que ha dejado huella y que seguramente por eso se ha convertido en canción. 

En definitiva, un disco que gustará a los amantes del indiepop nacional de los 90 y también a los seguidores de bandas más jóvenes que han bebido de esa época y que, como Cobarde, tienen una propuesta actual y no por eso menos auténtica que las originales. 

(Publicación original en catalán en La cultura no val res.)