"Una vez fui un águila". Éste es el curioso titulo del recién estrenado álbum de la británica Laura Marling. En 2008 escuché por primera vez su temazo Ghosts, pero ha pasado mucho tiempo desde entonces y, en proporción, han sido muy pocos los scrobblings (a los 100 voy a llegar mientras escribo esta entrada).
Pero hoy, por fin, se ha ganado formar parte de esta Rayuela Musical, y Manu, que es muy fan, tiene bastante culpa de ello.
El disco, en pocas palabras, me ha parecido una obra de arte desde la primera escucha. Desde que he empezado a escribir la entrada, han sonado ya las primeras cinco canciones y parte de la sexta, y es como si aún estuviera escuchando el primer track. ¿Sabéis esos discos tan compactos que no te das cuenta cuando se acaba una canción y empieza la siguiente? Pues eso me pasa con la primera parte de éste. Porque en realidad, es como si fueran dos discos, con el detalle de tener incluido un Interludio entre uno y el otro.
En el primero de ellos, hasta la canción siete, Laura nos advierte que ha madurado y que tiene las cosas claras, que es capaz de componer temas más oscuros y menos folk, y que su voz también convence en su registro más grave. De esta mitad, prestando atención a los temas por separado, destacaría Master Hunter, donde me recuerda mucho a Maika Makovski (no tiene sentido que no haya ninguna entrada de ella aquí) e incluso un poco a la Regina Spektor menos melódica. También me llama la atención Little love caster, con esos arreglos de guitarra con aires flamencos.
Después del interludio, llega una segunda parte mucho más dulce y luminosa, pero con contundencia, nada de fantasmas rozando el pop, sino canciones desnudas en las que nos deleita con su voz más sensual y volviendo, en algunos arreglos, al carácter de las canciones que encabezan el disco. De esta parte me gusta mucho Where can I go?, quizás el tema más pop-folk del disco.
Os dejo con el videoclip de Master Hunter, que creo que refleja muy bien la esencia del disco.
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